El sector de TI de Japón tiene problemas para modernizarse debido a que los sistemas antiguos y la cultura reacia al riesgo lo frenan

Por
Hiroshi Tanaka, CTOL Editors - Xia
5 min de lectura

Por qué el sector informático japonés está teniendo dificultades y qué debe cambiar

Una nación con hardware de vanguardia y software estancado

Japón ha sido durante mucho tiempo sinónimo de innovación tecnológica. Desde el Walkman hasta los trenes de alta velocidad, su destreza en ingeniería ha moldeado industrias en todo el mundo. Sin embargo, en el sector informático, donde el software impulsa el futuro, Japón se está quedando significativamente atrás de EE. UU. y China. Mientras que Silicon Valley y Shenzhen producen gigantes tecnológicos globales, Japón sigue anclado a sistemas antiguos y estructuras corporativas reacias al riesgo.

Esta desconexión plantea una pregunta crucial: ¿Por qué un país conocido por su fabricación avanzada no logra liderar la innovación de software? La respuesta radica en una combinación de infraestructura obsoleta, rigidez cultural y barreras sistémicas que inhiben el crecimiento ágil y disruptivo necesario para competir en la economía digital actual.


El problema del legado: COBOL, máquinas de fax y disquetes

La infraestructura informática de Japón está profundamente arraigada en sistemas antiguos. Las oficinas gubernamentales y las grandes corporaciones todavía dependen de software obsoleto, incluidos los sistemas financieros basados en COBOL de la década de 1970. En 2021, la Agencia Digital de Japón informó que una cantidad importante de bases de datos del sector público todavía operan en COBOL, lo que crea ineficiencias y riesgos de seguridad.

La persistencia de las máquinas de fax e incluso los disquetes en las operaciones comerciales críticas refleja una renuencia más amplia a modernizarse. En 2022, el Ministro de Asuntos Digitales de Japón criticó públicamente la dependencia del gobierno de los medios obsoletos y se comprometió a eliminarlos gradualmente, pero el cambio ha sido lento. En comparación con EE. UU. y China, donde la computación en la nube y la integración de la IA están generalizadas, la dependencia de Japón de la tecnología obsoleta continúa obstaculizando el progreso.


Innovación de software: la pieza que falta

Japón sobresale en hardware (semiconductores, robótica y electrónica de consumo), pero no ha logrado traducir esta fortaleza en liderazgo en software. A diferencia de EE. UU., hogar de Apple, Google y Microsoft, o China, donde dominan Tencent y Alibaba, Japón no tiene una potencia de software global equivalente.

Varios factores contribuyen a esto:

  • Falta de un ecosistema de startups: A diferencia de Silicon Valley, donde el capital de riesgo impulsa la innovación de alto riesgo y alta recompensa, la financiación de startups en Japón sigue siendo limitada. El mercado informático nacional está dominado por grandes conglomerados que priorizan la estabilidad sobre los avances disruptivos.
  • Industria del software fragmentada: Las empresas de software japonesas tienden a centrarse en servir a clientes corporativos nacionales con sistemas patentados, lo que limita su capacidad de escalar globalmente.
  • Alcance global limitado: La mayoría de las principales empresas informáticas japonesas no se expanden agresivamente en el extranjero, lo que reduce su huella competitiva en el mercado global.

Cultura corporativa: aversión al riesgo frente a innovación

El entorno corporativo de Japón a menudo se describe como jerárquico y conservador. La toma de decisiones es lenta, y se requieren aprobaciones en múltiples niveles de gestión. Esta cultura reacia al riesgo contrasta con la mentalidad de fallar rápido, iterar rápidamente que prevalece en Silicon Valley y las agresivas estrategias de escalado que se ven en China.

Según los analistas de la industria, esta cultura desalienta las apuestas tecnológicas audaces, lo que lleva a mejoras incrementales en lugar de innovaciones revolucionarias. ¿El resultado? Mientras que las empresas estadounidenses y chinas revolucionan las industrias con soluciones de IA, computación en la nube y blockchain, las empresas japonesas luchan por mantener el ritmo.


Barreras regulatorias y educativas

Las regulaciones en Japón tienden a favorecer la estabilidad sobre la disrupción. A diferencia de EE. UU., donde las startups tecnológicas pueden experimentar con mínimos obstáculos regulatorios, las empresas japonesas enfrentan obstáculos burocráticos que ralentizan la transformación digital.

Además, el sistema educativo de Japón, aunque sólido en fundamentos técnicos, pone menos énfasis en el pensamiento emprendedor. Una encuesta del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón encontró que menos estudiantes japoneses cursan ingeniería de software e investigación de IA en comparación con sus homólogos estadounidenses y chinos. Esta brecha de talento debilita aún más la capacidad del país para innovar en TI.


Perspectivas de inversión: el alto costo del estancamiento

Para los inversores, la lenta industria del software de Japón presenta tanto riesgos como oportunidades:

  • Riesgos: Las empresas que dependen de la TI heredada corren el riesgo de perder competitividad en el mercado global. Sin modernización, pueden tener dificultades para integrar tecnologías emergentes como la IA, la computación en la nube y la ciberseguridad.
  • Oportunidades: Las iniciativas gubernamentales recientes, como el proyecto de semiconductores Rapidus, señalan un cambio hacia la transformación digital. El renovado enfoque de Japón en la fabricación de chips y la infraestructura de IA podría crear nuevas vías de inversión.

Sin embargo, un cambio real requerirá más que la intervención del gobierno. Los líderes del sector privado deben adoptar el capital de riesgo, fomentar el espíritu empresarial y acelerar el desarrollo de software para seguir siendo relevantes a nivel mundial.


El camino a seguir: ¿Puede Japón ponerse al día?

El sector informático de Japón se encuentra en una encrucijada. El país tiene el talento de ingeniería, los recursos financieros y la reputación mundial para competir con EE. UU. y China en la innovación de software. Pero sin importantes cambios estructurales y culturales, su papel en la economía digital puede seguir siendo secundario.

Para cerrar la brecha, Japón debe:

  1. Eliminar gradualmente los sistemas heredados: La infraestructura de TI gubernamental y corporativa debe pasar a tecnologías modernas y escalables.
  2. Fomentar las startups y el capital de riesgo: Un ecosistema de startups próspero es crucial para la innovación disruptiva.
  3. Adoptar prácticas corporativas ágiles: Las empresas deben pasar de jerarquías rígidas a entornos dinámicos y de toma de riesgos.
  4. Priorizar la educación en software: Las universidades deben enfatizar la IA, la computación en la nube y la ciberseguridad para construir una fuerza laboral preparada para el futuro.

El mensaje es claro: Japón no puede permitirse seguir siendo una potencia de hardware con una columna vertebral de software débil. El momento de la transformación digital es ahora, antes de que se quede aún más atrás en la carrera tecnológica global.

También te puede gustar

Este artículo ha sido enviado por nuestro usuario bajo las Normas y directrices para la presentación de noticias. La foto de portada es arte generado por computadora únicamente con fines ilustrativos; no indicativa del contenido factual. Si crees que este artículo infringe los derechos de autor, no dudes en informarlo enviándonos un correo electrónico. Tu vigilancia y cooperación son invaluables para ayudarnos a mantener una comunidad respetuosa y legalmente conforme.

Suscríbete a nuestro boletín

Obtenga lo último en negocios empresariales y tecnología con vistazos exclusivos a nuestras nuevas ofertas

Utilizamos cookies en nuestro sitio web para habilitar ciertas funciones, proporcionarle información más relevante y optimizar su experiencia en nuestro sitio web. Puede encontrar más información en nuestra Política de privacidad y en nuestros Términos de servicio . La información obligatoria se puede encontrar en el aviso legal